A pesar de un inicio cuando menos titubeante, tanto en lo que se refiere a críticas como a número de espectadores, parece que True Blood ha acabado por convertirse en el gran referente de la HBO actual.
La premiere de la segunda temporada de la serie creada por Alan Ball (A dos metros bajo tierra) consiguió reunir delante del televisor a 3,7 millones de espectadores el pasado domingo, a los que hay que añadir 1,4 millones más que la siguieron en la repetición de la misma noche, lo que da un resultado total de más de 5 millones de personas. Esta audiencia es la mejor de la cadena en dos años, concretamente desde el final de Los Soprano.
La audiencia de True Blood ha aumentado un 51% respecto al final de la primera temporada y un 157% si la comparamos con la premiere de la serie.